El uso clásico de las lentes de contacto, más conocidas como lentillas, ha sido básicamente para tratar la miopía, la hipermetropía, el astigmatismo y la presbicia. Sin embargo, ya se están utilizando también para retrasar la miopía en niños e, incluso, para controlar la tensión ocular a través de microchips que, en breve, podrán vigilar la glucemia y problemas inflamatorios.

Acceder a noticia completa en EFE:Salud