TERAPIA REFRACTIVA CORNEAL: ¿INTERESA AL OFTALMÓLOGO?


En este número ve la luz un artículo sobre ortoqueratología, un tema siempre controvertido pero de máxima actualidad en la práctica de la contactología, como lo prueba el hecho de que en los dos últimos años hayan sido publicados cincuenta artículos en revistas indexadas en MedLine e incluidas en el Journal Citation Reports como son Optometry and Visión Science, Ophthalmic and Physiological Optics, Eye and Contact Lens o Cornea.

La ortoqueratología (también denominada OK, orto-K, moldeado corneal, terapia refractiva corneal o CRT) es una técnica clínica que usa lentes de contacto (LC) rígidas diseñadas y adaptadas con el fin de modificar el contorno corneal para compensar, corregir o eliminar temporalmente el error refractivo. Su aplicación más común es la reducción de la miopía a través del aplanamiento corneal, aunque se están desarrollando nuevos diseños para astigmatismo, hipermetropía e incluso presbicia. No se trata de algo novedoso, pero durante la pasada década ha experimentado un importante resurgimiento.

Entre la mayoría de los oftalmólogos ha existido durante largo tiempo una reacción contraria a incluir la ortoqueratología en la práctica clínica, pero ha de asumirse que parte del bajo nivel de interés que despierta entre nosotros se debe al estigma y mala prensa que la ortoqueratología ha tenido en el mundo de la oftalmología. Tampoco es menos cierto que desde hace algún tiempo algunos colegas han comenzado a plantearse si se está adoptando la postura adecuada, o, si una vez más, los argumentos no son suficientemente consistentes y la estrategia está siendo equivocada.

Los contactólogos, que dedican parte de su tiempo a la ortoqueratología, están muy interesados en dejar claro que las modernas técnicas nada tienen que ver con la ortoqueratología clásica, ni en lo referente al diseño o al porte de las lentes (cuadro 1), ni en lo que respecta a los resultados conseguidos (cuadro 2).

Si se analizan los resultados del cuadro 2, está claro que la moderna ortoqueratología nocturna es considerablemente más eficaz que la orto-K tradicional, con más cambio después de la primera noche de uso y con más estabilidad del cambio refractivo después de una o dos semanas. Se consiguen reducciones de 1,75 a 3,25 D con bastante facilidad y, en algunos individuos puede llegarse a 4,5 ó 5 D, logrando la mayoría de los pacientes agudezas visuales de 20/20 sin necesidad de compensación óptica alguna durante el día.

Pero, como en la cirugía refractiva, no todo son maravillas y, algunos pacientes experimentan aberraciones de alto orden en condiciones de pupila dilatada y bajo contraste. Algunas veces, como ocurre con el uso de cualquier LC, pero aquí con más razón, es posible que se presenten queratitis. Y, ahí, es uno de los puntos a donde quería llegar. Si hemos de tratarla cada vez que se presente, por qué no vamos al paso anterior y haciendo buenas adaptaciones tratamos de prevenirlas. Y, si de todas formas se presenta la contingencia, ya estamos allí.

Por otra parte, si la técnica de Corneal Refractive Therapy (CRT®) ha sido aprobada por la Food and Drug Administration (FDA) es porque supone una alternativa útil para la reducción temporal de la miopía. La FDA exige para su práctica que los profesionales hayan sido previamente certificados por Paragon, el fabricante de CRT®. Algo similar a lo que ocurre para el implante de lentes ICL. Pues bien, en EEUU muchos oftalmólogos disponen de este certificado y algunos incluyen este tipo de LC en su práctica. No obstante, no ha de ocultarse que también en EEUU, a pesar de los escasos informes sobre efectos adversos, las lentes CRT tropiezan todavía con la resistencia de muchos oftalmólogos. Esto es quizás, en parte, reflejo del descontento de los oftalmólogos con los procedimientos que no son permanentes, aunque se aprecien la reversibilidad y flexibilidad de las lentes CRT como un gran plus de beneficio para los pacientes.

Tengamos en cuenta que se trata de un procedimiento simple y atractivo para muchos pacientes que no pueden o no quieren aceptar la cirugía refractiva corneal. En realidad, dado que no es permanente, o lo que es lo mismo, dado que es reversible, muchos pacientes desearán intentarlo. Si descubren, como suele suceder, que es posible una vida sin gafas, entonces pueden optar por la PRK o por el LASIK para lograr un efecto permanente. Además, el hecho de que la CRT no sea cirugía reduce muchísimo el factor miedo. Supone, pues, una opción que el cirujano puede ofrecer a los pacientes que quieren cirugía refractiva, pero que no pueden superar el miedo a someterse a ella. LASIK y CRT son procedimientos complementarios que están hechos el uno para el otro para convivir en una clínica que oferte servicios refractivos completos. Al ofrecer terapia refractiva corneal, además de cirugía refractiva, se pueden captar pacientes que de otra forma se perderían.

Más que una competencia para la cirugía refractiva ha de verse como un excelente complemento. El número de pacientes que pudiendo operarse eligen CRT es muy pequeño; y, siempre podrá ser una solución para aquellos que queriendo operarse no reúnen los requisitos. Un cirujano refractivo no pierde nada por ofrecer CRT; al contrario, gana una buena opción para muchos de sus pacientes.

Además, si se está modificando la morfología corneal, concretamente a costa de manipular el crecimiento epitelial (5), eso debe hacerse bajo control oftalmológico. Nadie se lo va asignar por ley a nuestra especialidad y, sin embargo, su práctica va a ir cada día a más, por lo que deben darse los pasos necesarios para incorporarla a los servicios ofertados en los gabinetes de contactología de las clínicas oftalmológicas.

Finalmente se me plantea una duda: ¿Interesa la Terapia Refractiva Corneal al oftalmólogo o se habrá perdido de nuevo una oportunidad?

  

BIBLIOGRAFÍA

  1. Polse KA, Brand RJ, Schwalbe JS, Vastine DW, Keener RJ. The Berkeley Orthokeratology Study. Part II: Efficacy and duration. Am J Optom Physiol Opt 1983; 60: 187-198.
  2. Fan L, Jun J, Jia Q, Wangqing J, Xinjie M, Yi S. Clinical study of orthokeratology in young myopic adolescents. Int Contact Lens Clin 1999; 26:113-116.
  3. Alharbi A, Swarbrick HA. The effects of overnight orthokeratology lens wear on corneal thickness. Invest Ophthalmol Vis Sci 2003; 44: 2518-2523.
  4. Sorbara L, Fonn D, Simpson T, Lu F, Kort R. Reduction of miopía from corneal refractive therapy. Optom Vis Sci 2005; 82: 512-518.
  5. Alharbi A, La Hood D, Swarbrick HA. Overnight orthokeratology lens wear can inhibit the central stromal edema response. Invest Ophthalmol Vis Sci 2005; 46: 2334-2340.

  

Manuel Parafita Mato
Profesor Titular de Oftalmología
Universidad de Santiago de Compostela